Seguridad contra incendio
Cámara Argentina de Seguridad
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“Y ahí estaba yo con la bicicleta. Podía observar en el cuar-
to que había otras personas, adultos niños, todos ellos
luchando sus propias batallas. Yo me dije: “Jesús Cristo
ayúdanos a luchar nuestras batallas”. Luego de varias
semanas hablé con las autoridades del hospital porque
había avanzado bastante, para volver a mi hogar y desde
ahí poder hacer el resto del tratamiento, comprometién-
dome a realizar todos los ejercicios y también el cambio
de las vendas. La piel fue sanando día a día. El progreso
era muy bueno. Tuve varias intervenciones quirúrgicas
reconstructivas de cara y orejas, tratamientos especiales.
Los doctores se asombraban de lo acelerado de mi reha-
bilitación. No obstante fue un proceso duro y doloroso”,
sostuvo.
“Yo pertenecía a uno de los grupos de apoyo mejores del
mundo. Los bomberos son lo mejor y quiero decir esto
desde mi corazón, mi familia mis amigos estuvieron de
pie gracias a ellos; durante todo el tiempo todos mis her-
manos y hermanas bomberos estuvieron ahí. Una de las
cosas más notables fue la cantidad de tarjetas de bom-
beros de toda la nación y otros países que enviaron sus
tarjetas apoyándome”, argumentó.
“Es un momento triste y duro cuando fallece un bombero
en un incendio. Es increíble pero a veces, toda la experien-
cia, el valor, el entrenamiento no pueden superar algunas
situaciones imprevistas que simplemente suceden. Yo
pienso que hoy si estuvieran Juan yWoodie estarían junto
a mí y estarían muy a favor de continuar aumentando la
seguridad del bombero. Permítanme mencionarles algo
muy importante para mí: tengo una estrecha amistad
con las familias de Juan Lorenzano y Woodie Gelenius, y
ellos me apoyan siendo lo más importante saber que no
me hacen responsable por la muerte de sus seres queri-
dos, y eso es muy importante para mí.
Deseo finalizar diciéndoles a todos ustedes que el desa-
fío es trabajar con rigor profesional. Desplieguen en los
incendios sus mejores habilidades, debemos luchar las
batallas aplicando la máxima seguridad para el bombe-
ro, para hacer que su trabajo sea confiable y si algún día
el desastre golpea y usted pierde un bombero, quizás un
miembro de su familia se llegue hasta usted y le dirá: “Yo
no lo culpo, se que hizo su mejor trabajo”, concluyó el ca-
pitán Spalding.
Gerardo Fabián Crespo
Especialista contra incendio